La pérdida de trabajadores autónomos vuelve a colocar a Castilla y León en el punto de mira del mercado laboral español. La región registró en 2025 las peores cifras del país con 914 autónomos menos, mientras que otras nueve regiones mostraron crecimiento.
Castilla y León es la región que más trabajadores autónomos ha perdido en lo que va de 2025, según datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). Con un descenso del 0,5%, el número total de personas afiliadas al RETA (Compañía de Seguros del Contribuyente) es de 183.193.
Esta cifra contrasta con la media nacional, donde el número de autónomos ha aumentado en 15.433 (+0,46%) y alcanza los 3,4 millones. Mientras Baleares, Valencia y Murcia lideran la creación de empleo autónomo, Castilla-La Mancha lidera la pérdida junto a Castilla-La Mancha.
Sólo Segovia se salva de esta tendencia con un modesto incremento de nueve nuevos autónomos. Las provincias restantes experimentan pérdidas:
Valladolid (-271, -0,78%) León (-258, -0,74%) Burgos (-131, -0,5%) Palencia (-67) Zamora (-70) Salamanca (-66) Ávila (-52) Soria (-9)
En conjunto, León y Valladolid siguen siendo las provincias con más trabajadores autónomos, con más de 34.000 cada una.
El descenso se concentra en sectores tradicionales como el transporte (-2.776), el comercio (-2.762), la industria (-912) y la agricultura (-794). Se trata de ámbitos en los que es especialmente notorio el impacto del salario mínimo interprofesional (SMI), que ha aumentado más de un 60% en los últimos años.
Por otro lado, los sectores con mayor número de autónomos son:
Actividades profesionales, científicas y técnicas (+4.560) Construcción (+4.138) Hospitalidad (+3.275) Información y comunicación (+2.657) Educación (+2.262)
El aumento de mujeres marca la diferencia a nivel nacional: de los 15.433 nuevos autónomos, 9.019 son mujeres (+0,7%) y 6.414 son hombres (+0,3%). Aunque no existen datos desglosados por género en Castilla y León, la tendencia general apunta a un aumento del trabajo por cuenta propia entre las mujeres.
Lorenzo Amor, presidente de la ATA, lanza una advertencia: «Las microempresas y los autónomos siguen destruyendo empleo. Las cifras récord de afiliados ocultan realidades preocupantes en las empresas más pequeñas». La pérdida de trabajadores autónomos refleja no sólo una crisis ocupacional, sino también un modelo económico con deficiencias estructurales que la región aún no ha corregido.
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